Pedro Acero Martínez [TO-6478]


Pedro Acero Martínez (de profesión labrador)
era natural de Villaseca de la Sagra.

Prisión


Otros datos que tenemos de Pedro son:

Sexo: 
Hombre
Partido: 
JSU
Filiación sindical: 
UGT
Lugar de muerte o condena: 
Hospital Militar de prisioneros de Deusto (Vizcaya) Prisión provincial de Zaragoza Prisión Habilitada de Torrijos (Madrid)
Delitos: 
Auxilio a la rebelión
Tribunal: 
Sumarísimo n.º 448
Sentencia: 
12 años y 1 día de reclusión menor

Observaciones*: 
Afiliado a las juventudes socialistas de Villaseca desde mayo de 1936, miembro de la Casa del Pueblo. Acusado de haber realizado guardias en su pueblo y haber participado en la quema de la iglesia. Posteriormente marchó voluntario al ejército. El encartado alega no haber participado en los desmanes anteriormente citados y haber sido incorporado a filas por ser llamada su quinta y no por voluntariedad. En agosto de 1937 fue evacuado de su pueblo a Aranjuez donde ejerció la actividad del pastoreo y posteriormente fue enviado a Madrid donde fue llamado a filas en octubre de 1937. Se incorporó en la 11 Brigada, 3 Batallón, 10ª Compañía y estuvo en el frente de Madrid y posteriormente en Aragón en los Frentes de Belchite del Ebro, donde fue hecho prisionero el 30 de julio de 1938 cuando, en un ataque a las filas sublevadas, fue herido, retirándose sus compañeros y siendo el encartado hecho prisionero. Enviado al hospital militar de prisioneros de Deusto, fue trasladado tras su recuperación a la Prisión provincial de Zaragoza donde fue internado el 22 de diciembre de 1938. Posteriormente fue trasladado a la Prisión provisional de Torrijos 65 el 9 de febrero de 1940. Condenado a 12 años y 1 día de r.m. conmutados por 6 años de r.m. el día 22 de marzo de 1943. Hijo de Pedro y de Martina. Conocido como "Vencejo".

Fuentes: 
Archivo General e Histórico de Defensa

Investigadores: 
Proyecto Censo de Represaliados de la UGT (Fundación Francisco Largo Caballero) y SEFT.


*Nota aclaratoria: el campo “observaciones” puede contener información relativa a las acusaciones formuladas contra las víctimas por los tribunales franquistas. En ningún caso se sostuvieron sobre principios de verosimilitud o legalidad. Los juicios sumarísimos fueron meras ficciones que crearon una supuesta verdad jurídica sin pruebas. En ningún caso ni los juicios ni las acusaciones pueden ser tenidos por verdad.

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