Cándido Aguado Villarejo [TO-10063]


Cándido Aguado Villarejo (de profesión industrial)
era natural de Villa de Don Fadrique (Toledo).

Prisión


Otros datos que tenemos de Cándido son:

Apodo: 
"Monono" o "Monona"
Edad: 
23
Sexo: 
Hombre
Estado civil: 
Soltero/a
Residencia: 
Villa de Don Fadrique (Toledo)
Partido: 
PSOE
Filiación sindical: 
UGT
Actividad en la guerra: 
Miliciano
Lugar de muerte o condena: 
Reformatorio de Adultos de Ocaña. Toledo y Quintanar
Inicio de la condena: 
27/04/1939
Fin de la condena: 
06/04/1946
Circunstancias: 
Licenciamiento definitivo 28/06/1951
Delitos: 
Adhesión a la rebelión
Tribunal: 
Causa nº Q-702
Sentencia: 
Condenado a 30 años de prisión.

Observaciones*: 
Acusado de propagandista y de desempeñar el cargo Comisario Político de Compañía en el Batallón de Carlos Prestes. Miembro de la UGT y afiliado a la JS de Villa de Don Fadrique (Toledo) desde marzo de 1936. Conocido como "El Monono". Durante la guerra civil fue miliciano armado en dicha localidad realizando guardias de control de tráfico hasta que se incorporó al ejército republicano en Madrid. Más tarde marchó a Aranjuez (Madrid) formando parte del Batallón Carlos Prestes donde desde julio de 1938 fue Comisario de Compañía y Delegado Político. Finalizada la guerra fue detenido en abril de 1939 e internado en la prisión de Quintanar de la Orden (Toledo) desde donde fue trasladado a la prisión de Ocaña (Toledo). En Consejo de Guerra celebrado en dicha cárcel el 11 de enero de 1941 fue condenado a 30 años de reclusión, pena que le fue rebajada a 12 años en mayo siguiente. Al salir en libertad condicional regresó a Villa de Don Fadrique. Fue detenido de nuevo en 1946 acusado de dar apoyo a los guerrilleros de la zona y a la organización comunista clandestina en dicha localidad.

Fuentes: 
AHPToledo 2553/37 / Archivo General Militar de Guadalajara

Investigadores: 
Proyecto Censo de Represaliados de la UGT (Fundación Francisco Largo Caballero) y SEFT. / Daniel Nevado SEFT


*Nota aclaratoria: el campo “observaciones” puede contener información relativa a las acusaciones formuladas contra las víctimas por los tribunales franquistas. En ningún caso se sostuvieron sobre principios de verosimilitud o legalidad. Los juicios sumarísimos fueron meras ficciones que crearon una supuesta verdad jurídica sin pruebas. En ningún caso ni los juicios ni las acusaciones pueden ser tenidos por verdad.

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