La exhumación del “corral de los desgraciados” en Almagro

La fosa común que se encuentra en un anexo al cementerio de Almagro, donde fueron enterrados fusilados del franquismo junto a personas que se habían suicidado y bebés sin bautizar, se conocía como "el corral de los desgraciados". La puerta de entrada a este lugar, donde fueron enterradas las víctimas, ha estado cerrada durante todos estos años. Los restos hallados en la fosa común muestran signos evidentes de su muerte violenta, como impactos de arma de fuego. Todos los restos hallados en la fosa se examinarán en un laboratorio para poder identificarlos por ADN y entregárselos a sus familiares.

El equipo de Mapas de Memoria de la UNED, en colaboración con la Diputación de Ciudad Real, ha documentado 53 fosas en la provincia. La de Almagro, conocida como el “corral de los desgraciados”, es la primera de ellas que abren, gracias a una subvención del Gobierno de 28.000 euros, con el grupo de antropología forense de la Universidad Complutense. María Benito, directora de la excavación, explica que llamaban así a este lugar porque los enterramientos están en un anexo al cementerio donde eran arrojados “los fusilados que no habían confesado, las personas que se habían suicidado y bebés sin bautizar”. “Como estaba prohibido entrar”, añade, “los familiares lanzaban flores”. Jorge Moreno, antropólogo y director de Mapas de Memoria, menciona que el perfil de las víctimas de esta fosa: “Tenían entre 24 y 56 años. Pertenecían a partidos como el PSOE o el PCE y a sindicatos como UGT o CNT. Son jornaleros, campesinos. Hay un sastre, un médico, un albañil...”.

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